El Glaciar Torrecillas es una de las joyas del Parque Nacional Los Alerces. Sobrevivió la última glaciación y es portador de 24 mil años de majestuosa existencia. Sobre una montaña de 2.253 metros, este gigante blanco se despliega como un enorme manto blanco que atraviesa las nubes. Conocé todos los detalles y mirá las fotos de esta maravilla natural, en esta nota de Patagonia Andina.
La majestuosa exuberancia del Glaciar Torrecillas
El impactante Glaciar Torrecillas es uno de los atractivos más espectaculares del Parque Nacional Los Alerces. Sobre una montaña de 2.253 metros, una de las más altas del Parque, este gigante blanco se despliega como un manto blanco y helado que atraviesa las nubes. Al tener su cara al sur, recibe menos luz solar lo que conserva su formación glaciaria.
En el punto superior del glaciar colgante, desprendimientos conforman un ventisquero. Desde allí se va delineando la laguna del Antiguo, de 50 metros de profundidad y un kilómetro de largo. Este espejo de agua, de brillante turquesa, crece año tras año en tanto el glaciar retrocede.
Hielos con historia: el Glaciar Torrecillas y su composición
El Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, define a un glaciar como “un cuerpo permanente de hielo y nieve; formado por la acumulación, compactación y recristalización de la nieve acumulada en el invierno que no logra derretirse en el verano siguiente”. Al tratarse de formaciones que dependen de las precipitaciones y la temperatura, se considera que son buenos indicadores del cambio climático.
“El hielo glaciar se forma a partir de la acumulación de sucesivas nevadas. A medida que aumenta el espesor, la compactación provocada por el propio peso de la nieve, más la fusión y recongelación de los cristales, van transformado la nieve, que pierde porosidad y gana densidad”, explican desde la Institución.
Cuántos kilómetros de glaciares hay en el país
Según el Inventario Nacional de Glaciares, en la Argentina, existen 16.968 cuerpos de hielo existentes que ocupan 8.484 kilómetros cuadrados. Esta medición también aportó elementos de estudio que permiten complementar historia glaciológica con la historia ambiental de nuestro país.
Por su ubicación geográfica y por su información histórica, el glaciar Torrecillas fue elegido para ser estudiado en el marco de ese mapeo. Fotografías de 1899 y 1937, sumado a tomas aéreas más recientes, permitieron advertir modificaciones que se fueron generando con el paso del tiempo.
Entre otros atributos, se reconoce que los glaciares cordilleranos son “reservas estratégicas” de agua para las zonas bajas del país. Su contribución al caudal de los ríos andinos, deviene en volúmenes significativos de agua de deshielo a la escorrentía; colaborando con la tarea de minimizar el impacto de las sequías en las actividades socioeconómicas. Cabe destacar que, en el mundo, la reserva del 75 por ciento del agua dulce se encuentra en los glaciares.
El glaciar Torrecillas: una perla invaluable
El Torrecillas está ubicado en una zona del Parque Nacional Los Alerces preservada de la presencia humana. El lugar recibe unos tres mil milímetros de lluvias al año. Los glaciares se derriten naturalmente porque no estamos en época glaciaria. Pero también por el calentamiento global generado por acción humana.
El glaciar Torrecillas es testimonio vivo de un tiempo en que todo fue blanco, y sobreviviente del fin de la glaciación. Cada año se encuentra amenazado por el calentamiento que impone el desarrollo global de la presencia humana. Altivo, entre los verdes, emblema del Parque Nacional Los Alerces brilla el Glaciar Torrecillas, perla invaluable sobre el paisaje de bosque andino patagónico y selva valdiviana, como ancestral guardián protector.